Davide Campi, Galerista.

La expresión artística de Mr_Reychel está hecha de memoria, su búsqueda parece
querer contar un sueño.
En los sueños, nuestro subconsciente se exprime usando todo aquello que posee, real
o irreal, proponiéndonos imágenes sorprendentes, simbólicas; cargadas de emociones
e incomprensibles, mágicas y religiosas. Mr_Reychel quiere hacer exactamente eso,
quiere contarnos un sueño que es después Vida, la suya, pero en el fondo, la de todos
nosotros.
Su trabajo es un viaje a su propio yo. Todos nosotros tenemos elementos visuales de
nuestro pasado, de nuestra infancia que, cuando los vemos, nos parecen tan
familiares, tan personales que parecen parte de nosotros; asemejan ser de la misma
materia que conforma nuestra existencia.
Estos elementos van creados, convertidos en iconos y después, transformados en un
concepto.
Mr_Reychel tiene esta gran capacidad. Ella llega a crear imágenes que se asemejan a
pequeños altares en los cuales se celebra la memoria, el sentimiento o la emoción.
Las defino como altares y lo hago porque las imágenes finales son la celebración de un
momento de la vida de la artista donde son adorados símbolos de un crecimiento, de
un cambio; pasajes espirituales que hacen que sea siempre más clara la imagen de la
basta espiritualidad de la artista, su sensibilidad y fragilidad.
Una de las funciones del Arte es la de hacernos de espejo, ser un confronto con
nuestra existencia, un continuo intercambio entre nosotros y el Universo para poder
saber dónde estamos; y es por eso, por lo que inmediatamente nos damos cuenta de
que aquella imagen es parte de nosotros, no está muy distante de aquella que contaría
nuestra experiencia.
El trabajo se divide en tres momentos fundamentales: el primero es la recogida de
símbolos que sucede cuotidiana y espontáneamente en cualquier sitio, momento o
situación de la vida de Mr_ Reychel.
Ella colecciona imágenes continuamente, las hace, las compra, las cataloga, las enseña
y las comparte con aquellos que la rodean para después dejarlas madurar.
La segunda es el nacimiento de la necesidad de componer un altar sobre el que
celebrar, conjurar alguna cosa suya usando ese enorme archivo de imágenes reales y
mentales.
El tercero es el gesto mecánico de hacer visible todo ese trabajo previo, es rápido, es
perfecto, es su Epifanía
Davide Campi
Galerista